Crear una atmósfera placentera y edificante es lo que mejor hacen los difusores: ¿a quién no le encantan los deliciosos aromas de Lavanda, Corteza de Canela o Vainilla de Madagascar que flotan en la casa? Sin embargo, es posible que hayas notado que los aromas comienzan a combinarse con el tiempo.
Si hueles toques de menta que difundiste hace un día mientras disfrutas de las notas más ácidas de los aceites cítricos, podría ser el momento de limpiar tu difusor. Cuanto más aceite esencial difundes, más residuos se acumulan. La limpieza regular de un difusor puede ayudarte a evitar la mezcla de aromas.
Limpieza Regular
Dos veces a la semana:
- Apaga el difusor y desenchufa el adaptador de corriente.
- Vacía cualquier exceso de agua en el lado opuesto de la salida de aire del difusor para evitar derrames.
- Usa un paño de algodón y un limpiador neutro, como vinagre destilado, para limpiar el depósito de agua y la placa de niebla, usando cuidadosamente un bastoncillo de algodón para limpiar los puntos apretados alrededor de la placa.
Limpieza profunda
Una vez al mes:
- Llena tu difusor hasta la mitad con agua.
- Agrega 10 gotas de vinagre blanco.
- Deja que el difusor funcione durante cinco minutos para dispersar la mezcla y limpiar la unidad.
- Escurrir por completo.
- Limpia los puntos estrechos y las esquinas con un hisopo de algodón humedecido en vinagre.
- Enjuaga con agua limpia.
- Seca bien el difusor con un paño de algodón.
Advertencia: Los productos químicos corrosivos o agresivos pueden dañar tu difusor.
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